Para cumplir su función de rescate y salvataje, los aros salvavidas tienen que seguir ciertos requisitos y estándares establecidos por el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida en el Mar, más conocido por su sigla en inglés: SOLAS.
La dimensión estándar de un
aro salvavidas es de 73 cm en total y de 44 cm en su interior. Su peso es de 2,5 kilos. La forma de aro, también llamada toroidal, permite atar la soga y disponer de cintas reflectivas.
El material que se utiliza para confeccionar los aros salvavidas es espuma plástica de poliuretano, muy resistente y que a su vez permite la flotación.
Siempre son de color naranja, al igual que la mayoría de los elementos de seguridad náutica, porque resulta llamativo al ojo humano y puede distinguirse a la distancia y tanto de día como de noche.
Para las piscinas de uso público, la normativa indica que al menos debe haber dos aros salvavidas situados en puntos equidistantes, e incluso más de acuerdo con el tamaño de la piscina. La longitud del cabo no debe ser inferior al ancho de la piscina más 3 metros.
Para el caso de las embarcaciones, la normativa indica que debe haber aros salvavidas fácilmente disponibles en ambas bandas del buque y, en la medida de lo posible, en todas las cubiertas expuestas. Y debe haber uno en las proximidades de la popa. Todos los aros deben estar dispuestos de manera tal que sea sencillo soltarlos. No pueden estar sujetos con elementos de fijación.